Los grandes deben firmar un verdadero pacto de colaboración, donde cediendo una parte de su suculento pastel, se pueda rehabilitar y preservar la salud del negocio del deporte rey ... Es totalmente ridículo, tal como está la situación de nuestro fútbol, querer seguir engulléndose una tarta que entre todos, cada club en su justa medida, ha ayudado a fabricar y a elaborar. A mi modesto entender, no atender a los razonamientos lógicos que imperan en estos momentos, es seguir queriendo mantener un caciquismo futbolístico impropio de las conceptuaciones propias de la época en que vivimos actualmente.
Si esto sigue así ... si los dos super-clubes, junto con el consentimiento de los otros dos clubes satélites de los dos supergalácticos, Valencia y Atlético de Madrid, continúan minando la estabilidad del ecosistema futbolístico, más pronto que tarde nuestro fútbol será totalmente disfuncional por los cuatro costados ... Nuestro fútbol parece una planta hospitalaria de respiratorio, el que no lleva gafas de oxígeno es porque está esperando que se la traigan.
Por si no fuera poco, las lamentables condiciones económicas que soportan la mayoría de los clubes que conforman la liga, que se ven obligados a competir dignamente ante los dos mejores equipos del mundo, y ojito con no hacer el ridículo ... porque entonces sale a relucir esa estúpida manía de culpar a los pobres de su propia pobreza, como ya ocurrió el otro día en Almería, donde los medios de comunicación castigaron a los ya bastantes vapuleados jugadores del Almeria con declaraciones como "no han echado en el terreno de juego lo que hay que echar" o se despide al entrenador por hacer el ridículo ... en fin, cualquier cosa con tal de no afrontar con la suficiente entereza y valentia las verdaderas estimulaciones patológicas de nuestro fútbol ...
Por cierto, qué postura ha tomado el presidente de este equipo hemano almeriense en el ya añejo, pero necesario temita televisivo ... Lo mejor sería que los presidentes de los clubes, antes de firmar acuerdos, consultaran un poquito a sus socios y aficionados, porque se puede dar el caso de que se esté actuando en disconformidad con ellos.
Tratar de querer que nos traguemos, aunque sea a las trágalas, que el modelo del reparto televisivo que proponen los dos megaclubes es lo más justo y conveniente para nuestro fútbol, es el disparate más grande y arriesgado que haya podido vivir nuestro fútbol en toda su historia ... No queda otra que fijarnos en cómo lo hacen en otras ligas europeas ... Abandonemos, por el bien del fútbol, ese concepto desmedido de crecimiento individualista de los poderosos al margen de los imprescindibles ... Ningún ciudadano es nadie sin contar con el resto que conforma su población. La valía del éxito no la marca el ganador, sino la competencia y resistencia que impone el rival, si no hay rival digno, la victoria es mentira ... por eso todos nos quedamos con mal sabor de boca ante el 0-8 en Almeria.
Siempre se temió que las ideas capitalistas condujeran a una sociedad donde imperara cada vez más el desequilibrio social. Es decir, que el capitalismo diera lugar a que cada vez las riquezas se acumularan más en un reducido número de personas muy ricas y con mucho poder, a costa de que cada vez la población pobre fuera más mísera y abundante ... Nuestro fútbol es un calco de lo más simil a una forma de organización como lo antes expuesto. El inmovilismo de status es tan evidente en nuestro fútbol que los ricos siempre son los mismos, con la salvedad de que cada vez son más ricos y más poderosos y los pobres o modestos siempre son los mismos, con la salvedad de que cada vez la ruina es mayor ... Muchos periodistas, creyendo que la gente son ignorantes y que se lo tragan todo, lanzan al aire la interrogante siguiente ... "si eso es así ... entonces ... ¿por qué la mayoría de presidentes de clubes siguen apoyando el organigrama de nuestro fútbol?" Pues porque toda estructura posee unos mecanismos de defensa que tratan de hacerla impermeable y el fútbol no iba a ser menos ... anda que no tiene triquiñuelas el fútbol como para ...
En fín, a lo que vamos, que el crecimiento desquiciado de los dos megaclubes de nuestro fútbol ha ido correlacionado de forma inversa al resto de entidades que forman la liga, mientras que Madrid y Barça cada vez son más grandes y poderosos, muchos equipos de la competencia están entrando en la ley concursal. El duopolio formado por estos superclubes ha ido polarizando cada vez más el campeonato hasta el extremo de que antes que empiece la competencia ya se sabe quién la va a ganar.
La liga se ha empobrecido de forma alarmante, los dos mejores clubs del mundo tienen que competir con el resto de equipos que conforman la liga y que están a años luz del nivel que poseen los dos supergalácticos, lo que ha dado lugar a que el campeonato liguero haya ido perdiendo competitividad de forma progresiva. Además, la presionante situación que imponen los supergalácticos al resto de clubes, hace que los presidentes de mano rota se gasten lo que no tienen, ni van a tener en el futuro, si siguen pretendiendo arreglar este entuerto firmando el continuismo impuesto por los dos poderosos ... Firmar el continuismo que imponen los poderosos, es firmar de forma encubierta, la ley concursal del futuro.
Con el modelo que propone el Sevilla FC estamos ante una alternativa distinta, más coincidente con las tendencias de las ligas europeas, de las cuales nadie duda de que son modelos de reparto más justo y equitativos, además, se daría con ello un notable paso adelante hacia una liga mejor y más competitiva. En caso contrario, el futuro del continuismo se conoce de antemano ... MÁS RUINA.
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