domingo, 5 de diciembre de 2010

El árbitro mangoneó la victoria al Sevilla Atlético


Hoy hemos podido comprobar in situ, cómo el resultado final de un partido puede tener una base de mentira. Hemos podido darnos cuenta cómo las decisiones arbitrales son capaces de ganar, empatar o perder partidos, al margen de la calidad de los jugadores o de los devenir propios de la competencia de un encuentro. 

Hoy puedo decir a las claras que la actuación arbitral del señor trencilla de turno, el granaino López Amaya, ha impedido la victoria sevillista ... él solito, con su forma particular y desquiciante de muy mal árbitro, que ha hecho que los niños de la cantera no hayan podido llevarse la victoria después de ponerse por delante en el minuto 37 de la segunda parte con un gran gol de Luis Alberto.

El encuentro acabó con el resultado de Sevilla Atlético 1-1 Roquetas. El señor árbitro de la contienda, cuando ya el partido estaba en los minutos finales, convierte unas manos muy claras a favor del equipo sevillista en lo contrario, falta muy peligrosa en contra de la propia porteria sevillista. No conforme con ese error de bulto, pita penalti rigurosísimo en una jugada donde el balón es atajado limpiamente por el portero sevillista, sin otras incidencias de resalte o salientes que justifiquen la sanción de pena máxima contra los chavales canteranos. 

Su ramillete de errores hacen que este juez de la contienda se convierta, desde esos momentos, en todo lo contrario, hasta el punto de que su particular y lamentable forma de interpretar el fútbol hace que el resultado final no haya dependido del juego y del esfuerzo de ambos contrincantes, y sí de la inaptitud y la falta de empaque de un señor árbitro que con su labor pone en evidencia este bonito y atractivo deporte que es el fútbol.

Algunos quieren alardear de valentia en el arbitraje pitando jugadas decisivas e inexistentes a niños de 17 y de 18 años, pero se equivocan rotundamente, hasta el punto de que el árbitro de hoy ha demostrado todo lo contrario ... con sus acciones ha traslucido que está muy lejos de la honestidad que el arbitraje en este deporte como mínimo requiere ... ¿Acaso usted, señor colegiado, hubiera actuado igual en el campo del Cádiz o del Murcia? ... por nombrarle solo dos ejemplos ... le seguiré, y si lo hace, le diré que se ha equivocado, pero que en cambio ha tenido dos par de pelotas para pitar lo que interpreta y entonces yo me tragaré mis palabras, pero mientras tanto, permítame usted que yo mantenga mi criterio de pensar que "el arbitraje español no es trigo limpio".


No hay comentarios:

Publicar un comentario